Se definen las variables que permiten predecir trastorno neurocognitivo en personas con VIH
22/09/2014El deterioro neurocognitivo - NCI (neurocognitive impairment) por sus siglas en inglés - es una de las complicaciones actuales que preocupa de manera creciente a los profesionales en el campo de la infección por el VIH.
Alrededor de la mitad de personas con VIH experimentan este tipo de deterioro en menor o mayor grado, lo que les puede ocasionar problemas en el funcionamiento diario, una calidad de vida más pobre, dificultades en el manejo clínico de su infección (por ejemplo , con una menor adherencia al tratamiento antirretroviral) e incluso una mayor probabilidad de morir por causas relacionadas con el sida.
Detectar estas complicaciones a nivel neurocognitivo es clave, tanto para los profesionales como, evidentemente, para los pacientes. El problema es que la mayoría de pruebas neuropsicológicas y de otros modelos que existen para la detección y diagnóstico de alteraciones neurocognitivas no están pensados para poder ser aplicados de manera rápida y fiable en la práctica clínica habitual, lo que dificulta el trabajo de los profesionales. Esta limitación se hace aún más patente en países con renta per cápita baja o afectados por la crisis, o en centros con pocos recursos sociosanitarios.
Precisamente, la búsqueda de métodos que sean eminentemente prácticos ha sido y es el objetivo de Jose A. Muñoz-Moreno (psicólogo de la Fundación Lucha contra el Sida) y el resto de autores de un artículo publicado en la última edición de PLOS One, una de las publicaciones científicas más representativas y con impacto en el área del VIH/sida.
En este artículo se muestra como los datos demográficos y clínicos que se recogen en la práctica clínica rutinaria pueden ser de gran ayuda para predecir el deterioro neurocognitivo: a través del estudio de 331 personas con VIH, los autores han establecido cuáles son las variables que predicen de manera más clara el riesgo a sufrir este tipo de deterioro. A través de esta información los autores han diseñado unos modelos de clasifcación que pueden ayudar a la detección de estos trastornos en la práctica clínica.
De los 331 participantes en el estudio, 52 de los pacientes eran naïve (no habían recibido tratamiento antirretroviral) y 279 eran personas con experiencia en el tratamiento antirretroviral. Tras analizar datos demográficos (edad, género, vía de transmisión del virus, estado laboral y nivel educativo), clínicas (recuento actual de células CD4 y de CD4 nadir, carga viral actual y anteriores, tratamiento antirretroviral actual y anteriores, tiempo de infección, coinfección con la hepatitis, etc) y de obtener datos neuropsicológicos a través de una exhaustiva batería de tests, se han podido establecer unos árboles de clasificación que los profesionales podrán utilizar a partir de ahora en la práctica diaria, donde se tienen en cuenta aquellas variables que predicen mejor la existencia de deterioro neurocognitivo, facilitando así la detección de esta complicación y de sus posibles consecuencias.
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